La exuberante primavera de Liébana

Una experiencia bucólica... por Natalia Magdalena. La primavera ha traído a la comarca de Liébana temperaturas veraniegas, mucho colorido y el júbilo de los pajarillos que revolotean de un lado a otro para terminar cuanto antes sus nidos. La estación de las flores ha llegado el pasado fin de semana dejando entrever el contraste de las últimas nieves caídas y el esplendor primaveral.

En mi caso, pasé un fin de semana en ensueño en Cabezón de Liébana. Un municipio que cuenta con pueblecitos, muchos de ellos de menos de 50 habitantes, que te hacen preguntarte: -¿Cómo no he venido antes aquí? Una visita imprescindible para aquel viajero rural que busque exclusivamente la compañía de los locales y un reencuentro con lo natural en grado superlativo.

Para dormir elegí Torices, un pueblecito de unos 30 habitantes, si llega, que me recibió con estas vistas de bienvenida.

Durante mi estancia, recorrí las casas de piedra y adobe donde conviven humanos y animales. Recordé la famosa frase de:“No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”, porque así son los lebaniegos… Gente con gustos sencillos y muy feliz.

La gastronomía es suculenta porque este valle goza de un microclima perfecto para frutas, hortalizas y viñedos. Es muy difícil comer mal con una materia prima de esta calidad. Lo típico es el cocido lebaniego y cada vez más el lechazo que están promocionando. Aunque la verdadera experiencia culinaria comienza cuando preguntas en cocina: -¿Qué hay de comer?-. Aconsejaría que no te empeñes en lo típico y te dejes guiar por el plato del día.

Os encontraréis con algún pueblecito que es tan pequeño que no tiene ni restaurante o que estén cerrados por ser temporada baja. Esto me ocurrió en Aniezo, donde sólo vi dos humanos en el rato que estuve.

Un poco más arriba, en Somaniezo, se puede visitar el Santuario de la Virgen de la luz, situado en la ladera de Peña Sagra. Un Santuario que tiene su origen en la capilla erigida en honor a Santa María a finales del siglo XVI, que se le apareció a una pastora cuando buscaba a su rebaño entre la niebla. La Virgen le pidió que bajara al pueblo y pidiera al sacerdote que construyera el Santuario.

Lo más aconsejable para visitar todos estos enclaves, muy próximos entre sí, es seguir las rutas marcadas en los bosques. Si hay suerte, es muy probable avistar corzos y aves silvestres.

Consejo: A los que puedan cogerse unos cuantos días para reposar, perfecto. A los que tengan agujeros en los bolsillos, esta es una forma de pasar un fin de semana económico. La calidad-precio-disfrute está garantizada y el retorno de inversión superá límites.

 

 

 

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