6 pueblos cántabros, entre los más bonitos de España

La Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, que suma 111 localidades a lo largo y ancho del territorio nacional, tiene seis pueblos cántabros en su lista: Liérganes, Santillana del Mar, Bárcena Mayor, Potes, Carmona y Mogrovejo. ¿Quieres recorrerlos con nosotros? Pues vamos a ello.

Antes de adentrarnos en cada una de estas joyas de la corona regionales es importante explicaros que el objetivo de esta asociación es promocionar los pequeños municipios, preferentemente rurales, agrupados bajo una misma marca de calidad. Pero ¿Qué hace falta para formar parte de este selecto grupo?. En primer lugar, solo se admiten poblaciones de menos de 15 mil habitantes, poseer un patrimonio arquitectónico o natural certificado, conservar las fachadas, tener una circulación controlada de vehículos, cuidar de sus flores y zonas verdes y mantener una limpieza en el entorno.

Solo con esos datos ya pinta bastante bien, pero ¿quieres saber un poco más de cada una de nuestras joyas antes de venir a visitarlas? Aquí te contamos lo esencial de estas seis localidades cántabras

Bárcena Mayor

Comenzamos en el Parque Natural Saja Besaya, de hecho, Bárcena Mayor es el único núcleo de población incluido en dicho parque natural. Declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1979, son obligada visita la iglesia de Santa María, del siglo XVII, sus casas de arquitectura tradicional, las antiguas casas rectorales y sobre todo pasear sus calles, admirar sus balconadas plagadas de flores, atravesar el río, recorrer sus caminos y maravillarse con su entorno.

Considerado uno de los pueblos más antiguos de España, del que se encuentran referencias desde la Edad Media, es el lugar perfecto para perderte en cada una de sus calles y observar cada detalle, la vida de la gente que vive allí y las pequeñas tiendas de artesanos que trabajan el mimbre y la madera. En este pintoresco pueblo es imprescindible degustar su gastronomía, siendo la caza y el cocido montañés son las especialidades de cualquiera de sus restaurantes.

Carmona

Declarado Conjunto Histórico Artístico, pertenece al municipio de Cabuérniga y se encuentra en un maravilloso enclave natural entre los valles del Saja y del Nansa. Carmona responde al modelo de aldea tradicional de Cantabria. De hecho, aún se pueden contemplar en sus calles los oficios de toda la vida, tanto es así que en el recorrido por el pueblo veremos dos estatuas, una en honor a la vaca Tudanca, una raza bovina autóctona de Cantabria, y la otra dedicada al último albarquero de la localidad, uno de los oficios más tradicionales de nuestra Cantabria Infinita.

Carmona destaca su arquitectura popular donde encontramos casonas palacios de la época barroca, junto con casas más sencillas, formando un bello conjunto rural muy bien incorporado en el paisaje. Pasear por sus calles empedradas, el olor a leña, la amabilidad de sus gentes, y la tranquilidad de su entorno, lo convierten en la escapada perfecta.

Liérganes

Su conjunto urbano, declarado de Interés Histórico Artístico Nacional, concentra una valiosa arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII, fruto del auge económico que la fábrica de artillería propició en ese período en la comarca. La parte vieja de Liérganes es Conjunto Histórico Artístico e incluye un gran número de casonas populares. Pero a pesar de la indudable relevancia de este conjunto, el monumento más importante del municipio es el museo palacio de Elsedo, en Pámanes, en la actualidad convertido en un museo de arte contemporáneo.

Liérganes y su historia están ligados a la leyenda del Hombre-Pez, que como todas las leyendas tiene algo de real, en este caso su protagonista, Francisco de la Vega, y algo de ficción, su variado final. No podemos olvidar en nuestra visita una pieza fundamental de su gastronomía que estamos seguros degustaréis en vuestra visita: sus famosos sacristanes, un exquisito dulce con forma de lazo elaborado con hojaldre.

Mogrovejo

Mogrovejo, Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico, alberga algunos de los mejores ejemplos conservados de casonas de sillería y mampostería, con balconadas de forja, de los siglos XVI a XVIII. Su edificio más singular, y el primero que te llamará la atención, es su torre medieval de finales del siglo XIII.

Situado en plena comarca lebaniega, en un emplazamiento idílico y rodeado de extraordinarios bosques de robles, acebos y castaños, es además punto de partida de varias rutas muy asequibles y de gran belleza. Esta aldea tiene el sabor de un pueblo tradicional y sus casas parecen extraídas de un museo o de una pintura con el fondo de las paredes y cumbres del Parque Nacional de Picos de Europa que sobresalen de los tejados de sus casas.

Potes

Seguimos en el corazón del valle de Liébana, rodeados de un espectacular paisaje, pero además Potes es una localidad rica en historia, gracias a su vinculación a las casas nobles del Marqués de Santillana y a la del Infantado. Paseando por sus calles encontramos infinidad de muestras de su historia y de su cultura, lo que la llevó en 1983 a ser declarada Conjunto Histórico Artístico. Pero Potes no es sólo historia, su privilegiada situación en la confluencia de los cuatro valles de la Comarca lebaniega, hace de la villa el punto neurálgico desde el que planificar una exhaustiva visita a toda Liébana, que no sería completa si no degustamos su gastronomía, con el cocido lebaniego y sus carnes como máximo exponente.

Además, este año Liébana será el centro de todas las miradas, ya que el 16 de abril se abrirá de nuevo la puerta del perdón en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, ubicado a menos de tres kilómetros de Potes, y dará comienzo el 74 Año Jubilar Lebaniego que reunirá a miles de peregrinos para hacer el camino lebaniego y besar el Lignum Crucis, reliquia que se custodia en dicho Monasterio, al ser el trozo más grande de la Cruz en la que murió Jesucristo que se conserva.

Santillana del Mar

Terminamos este recorrido con el pueblo que, según el filósofo francés Jean-Paul Sartre, era el más bello de España, Santillana del Mar. Su declarado Conjunto Histórico Artístico, formado por edificios fundamentalmente de los siglos XIV al XVIII, se recorre paseando gracias a ser un área restringida al tráfico.

Desde los primeros asentamientos conocidos, la Cueva de Altamira, hasta la actualidad, esta villa cuenta con un formidable patrimonio presidido por la joya del románico en Cantabria la Colegiata de Santa Juliana y presente en las casas, en los palacios y en los escudos de sus nobles propietarios, respirando el visitante en cada rincón trozos de historia que nos hacen imaginar una Santillana prehistórica, medieval, renacentista, barroca, moderna y actual. El legado histórico de Santillana patente al recorrer sus calles, no es el único motivo para una visita. Su privilegiado entorno natural, permite disfrutar de un paisaje único que combina el mar con el verde de sus campos.

¿Qué te parecen esta clasificación? ¿Añadirías algún pueblo cántabro más? Esperamos tus comentarios y tu visita, a estos pueblos o el que tu elijas.

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