Descubierta a mediados del siglo XX. Fue investigada por los Camineros de la Diputación, primero, y por un equipo del Museo Regional dirigido por M. A. García Guinea, después. En 2003 la cavidad fue objeto de nuevas actuaciones por parte del Museo de Altamira, momento en el que se confirmó la presencia de importantes manifestaciones rupestres paleolíticas, cuestión avanzada por el equipo de García Guinea. El abrigo alberga un importante yacimiento paleolítico, con más de 4 m de potencia sedimentaria. En la base se documenta un espeso nivel con evidencias del Solutrense Final (en la base) y Magdaleniense Inferior. Un potente estrato de limos de inundación separan este nivel de una corta ocupación del Magdaleniense Medio o Superior inicial, para posteriormente aparecer un nuevo nivel de ocupación del Magdaleniense Superior final. Un conchero Mesolítico cierra la secuencia. Las manifestaciones rupestres paleolíticas se concentran preferentemente en la covacha del fondo del abrigo, cuya boca se sitúa a la altura del nivel Magdaleniense Inferior, el cual la selló en época prehistórica. No obstante un grupo de manchas rojas, posiblemente representaciones muy perdidas, se ubican en el piso intermedio del sistema. En la covacha se documentan dos grandes grupos de representaciones, de diferente naturaleza y cronología. Por un lado, un importante grupo de pinturas rojas, con presencia de las técnicas del tamponado y la tinta plana, representando ciervas, cápridos, caballos y un gran bisonte. Por otro, un grupo de 6 grabados sitos en una pequeña hornacina, representando una cabeza de cierva y hasta 3 cabras monteses, además de los cuartos traseros de un cuadrúpedo y una línea cervico-dorsal aislada. Las pinturas rojas, con muchos paralelos (El Pendo, Covalanas, La Pasiega…), caben ser adscritas al Gravetiense final o Solutrense antiguo. Los grabados, con abundants paralelos en el arte rupestre (Altamira, El Castillo…) y mobiliar son, casi con absoluta certeza, del Magdaleniense Inferior.
Estilo artístico |
Arte rupestre paleolítico |
Acceso |
Desde el barrio de Perelada, en Oreña, se toma un camino carretero que conduce directamente a la cavidad. |
Época |
La cavidad alberga ocupaciones del Magdaleniense Inferior, Medio y Superior, además de evidencias de fases prehistóricas posteriores. Las manifestaciones parietales son datables en el Gravetiense-Solutrense (pinturas rojas) y el Magdaleniense Inferior (grabados). |
Características |
Cavidad abierta en el fondo de una gran dolina, con un abrigo de grandes dimensiones que da paso a una red de galerías, distribuidas en 3 pisos sucesivos. En el fondo del abrigo se abre una pequeña covacha, en la que se localizan la mayor parte de las manifestaciones rupestres que, originariamente, comunicaba con el piso inferior del sistema.
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