Pueblos con encanto para perderse en Cantabria este invierno
El invierno en Cantabria tiene un magnetismo especial. Las montañas se cubren de blanco, los valles se esconden entre la niebla y los pueblos adquieren una calma que invita a disfrutar sin prisas. Es el momento perfecto para descubrir rincones con historia, probar sabores de cuchara y dejarse envolver por la calidez de una chimenea. Si buscas una escapada diferente, te proponemos un recorrido por algunos de los pueblos más bonitos de Cantabria. Lugares donde el tiempo parece detenerse y cada piedra cuenta una historia. ¿Te vienes?
Santillana del Mar: historia viva entre piedras y balcones floridos
Pocas localidades reflejan tan bien el espíritu de Cantabria como Santillana del Mar. Su casco antiguo, perfectamente conservado, invita a pasear despacio entre casonas blasonadas y calles adoquinadas donde cada rincón respira historia.
En el centro del pueblo se alza la Colegiata de Santa Juliana, joya del románico cántabro, que en invierno se puede disfrutar con una serenidad única. Muy cerca, los talleres artesanos y pequeños museos completan una visita que combina cultura, tradición y autenticidad.
Y tras el paseo, nada mejor que entrar en calor con un cocido montañés, una quesada pasiega o un chocolate caliente en alguna taberna con chimenea.
Bárcena Mayor: un pueblo entre montañas y leyendas
En pleno corazón del Parque Natural Saja-Besaya se esconde Bárcena Mayor, una joya rural rodeada de bosques y montañas. Sus casas de piedra y madera parecen formar parte del paisaje, mientras el murmullo del río Argoza acompaña cada paso.

Barcena Mayor
Cuando llega el invierno, la nieve cubre los tejados y el olor a leña se mezcla con el silencio del valle. Aquí la vida se saborea despacio, un paseo por los senderos del entorno, una comida junto al fuego y la sensación de estar en un lugar fuera del tiempo.
Liérganes: entre mitos, aguas termales y sabor local
Liérganes tiene ese encanto que mezcla historia y leyenda. El Puente Mayor, la figura del Hombre Pez o las casonas con aire señorial crean un escenario único, que el invierno envuelve con un halo de misterio y romanticismo.
El balneario de Liérganes es uno de los grandes atractivos del pueblo, ideal para relajarse en sus aguas termales. También merece la pena pasear por sus calles, visitar la iglesia de San Pedro Advíncula o acercarse a las cuevas de Monte Castillo, Patrimonio de la Humanidad, para completar una jornada perfecta.
Potes: el alma de Liébana
A los pies de los Picos de Europa, Potes reúne todo lo que hace especial a Cantabria: naturaleza, historia y buena mesa. Su entramado de puentes y callejuelas de piedra conduce hasta la Torre del Infantado, símbolo del valle lebaniego.
En los meses fríos, el paisaje se cubre de nieve y el ambiente se vuelve aún más acogedor. Es tiempo de probar un cocido lebaniego o degustar un orujo artesanal en alguna destilería local.
Desde aquí, una escapada al Monasterio de Santo Toribio de Liébana permite disfrutar de unas vistas impresionantes y conocer uno de los lugares más emblemáticos del cristianismo. Aquí se custodia el Lignum Crucis, el trozo más grande de la cruz de Cristo que existe; y es el destino de que quiera hacer el Camino Lebaniego, cuyos 72 kilómetros asequibles en tres etapas desde San Vicente de la Barquera, está declarado Patrimonio de la Humanidad
Comillas: arte, historia y mar también en invierno
Aunque muchos la visitan en verano, Comillas tiene en invierno un encanto sereno y melancólico. Sus calles tranquilas invitan a descubrir joyas como el Capricho de Gaudí, el Palacio de Sobrellano o el cementerio modernista, con el mar Cantábrico rugiendo de fondo.
Descubrir el camino de la costa entre Comillas y San Vicente de la Barquera, con la costa y las playas casi vacías en invierno, excepto por los neoprenos de los surfistas, es una de las imágenes que quedaran grabadas en tu retina.
No podemos olvidar que Comillas es también un destino ideal para disfrutar de la gastronomía marinera: pescados frescos, mariscos y recetas tradicionales que reconfortan el alma mientras el puerto se cubre de bruma.
Carmona: el secreto rural de Cantabria
Entre montañas y praderas se esconde Carmona, un pueblo que conserva intacta la esencia del mundo rural cántabro. Las casonas montañesas, los blasones y el rumor del río crean una atmósfera de calma absoluta.
En invierno, el humo de las chimeneas y el paisaje cubierto de escarcha convierten este rincón en un refugio perfecto para desconectar, alojarse en una casa rural y disfrutar del trato cercano de sus vecinos.
Mogrovejo: la joya escondida de los Picos de Europa
En el valle de Camaleño se encuentra Mogrovejo, uno de los pueblos más pintorescos de Cantabria. Su torre medieval, las casas de piedra y las vistas majestuosas de los Picos de Europa componen una postal inolvidable. No en vano aquí se grabó la versión moderna de Heidi.
Durante el invierno, el silencio, la nieve y el sonido del río Deva crean un paisaje de cuento ideal para perderse entre rutas y caminos rurales.
Otros pueblos que merecen una escapada invernal
Cantabria está repleta de rincones que brillan en invierno. San Vicente de la Barquera enamora con su perfil marinero y su castillo frente al mar; Castro Urdiales seduce con su puerto pesquero, su iglesia gótica y su castillo-faro; y Laredo conserva entre las calles de la Puebla Vieja el espíritu medieval del norte.
Y si prefieres naturaleza y tradiciones, los pueblos de Vega de Pas y Selaya te mostrarán los Valles Pasiegos en su versión más auténtica, con verdes praderas impregnadas de nieve y cabañas cubiertas de musgo.
Un invierno para disfrutar despacio
Recorrer Cantabria en invierno es vivir la región desde otra perspectiva. Es descubrir pueblos con alma, saborear la cocina de siempre y dejarse abrazar por la calma del paisaje. Ya sea entre montañas o junto al mar, Cantabria te espera con sus pueblos llenos de encanto, hospitalidad y belleza atemporal.
Así que ya lo sabes, ven a Cantabria, disfrútala con todos los sentidos y hazlo visitando algunos de nuestros pueblos más bonitos. Comparte tus experiencias en nuestras redes sociales (Facebook, X e Instagram) con el hashtag #ComparteCantabria.
Disfruta Cantabria… despacio
Porque Cantabria es infinita… también en pueblos.


















