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Peregrinando junto a los Reales Astilleros de Guarnizo

La silueta de los Astilleros de Guarnizo nos acompaña durante nuestro peregrinar por el entorno de la bahía de Santander y conocer la historia que subyace detrás de ella, ha hecho que se quede grabada en nuestra retina para siempre.  

No podemos pasar por el Municipio de El Astillero sin hacer referencia al pasado glorioso el mismo, el cual está estrechamente ligado al poderío del Imperio Español en la Edad Moderna.

Decir que los mejores buques de la armada española allá por el siglo XVIII se construyen aquí y situarnos en su contexto histórico y tecnológico es como decir que la tecnología punta del momento en el planeta se materializaba por donde hoy peregrinamos acompañados de tan sobrecogedores gigantes. 

Las características del lugar que facilitan la construcción de buques de tal envergadura son las que Cristóbal de Barros, superintendente de fábricas Montes y Plantíos en la Costa de Cantabria, le expuso al rey Felipe II, cuando le encarga 9 navíos de guerra para proteger las Indias. 

La calidad y cantidad de madera de la zona, la morfología de la ría para construir barcos de gran calado y la protección que esta parte de la Bahía de Santander  tanto de temporales como de ataques por mar hacen de este lugar el ideal para construir unos 100 grandes buques para la armada y otros muchos para particulares. 

Las técnicas más logradas de la navegación a vela se desarrollaron aquí y sirven de modelo para las sucesivas y el mejor buque de su tiempo, el Real Felipe (1731), con tres puentes y dotado de 114 cañones se botó aquí para participar en batallas como la de Tolón. 

Ahora que sabemos un poco más de los astilleros que dieron nombre a unos de los municipios por los que discurre el Camino Del Norte y si estas letras nos han sabido a poco, no podemos dejar de visitar el Museo Marítimo de Cantábrico en Santander.