Las huellas romanas en Cantabria

Quien esté haciendo planes para asistir a la impresionante fiesta de las Guerras Cántabras que se celebrarán en Los Corrales de Buelna el último fin de semana de agosto y el primero de septiembre, puede aprovechar para conocer antes algunos de los vestigios que dejaron los romanos en Cantabria, y que son parte de la historia que recrea esta fiesta.

En Julióbriga, una ciudad-museo romana enclavada en la localidad de Retortillo, al sur de Cantabria, en plena comarca de Campoo de En medio, es posible imbuirse en la época romana. Es en esta localización donde, a partir de los restos de un asentamiento romano, antiguamente una ciudad, se ha levantado un interesante Centro de Interpretación en el que se recrea esta apasionante cultura. Julióbriga, cuyos orígenes nos remontan al año 15 antes de Cristo, está estratégicamente situada, ya que desde su posición es posible dominar el paso natural entre la meseta del Duero y la costa del Cantábrico, a través del valle del Besaya y los terrenos de la ribera del Ebro, antiguamente ocupados por el pueblo cántabro.

Lo más atractivo de este Centro de Interpretación es su “Domus Romana” (o reproducción de una casa romana) inspirada en un modelo concreto, la “Casa de los Morillos”, que data de los siglos I y II después de Cristo. En su alzado se ha seguido la tradición romana, que se caracteriza por tener el habitual patio central y la planta helenístico-pompeyana. Su distribución contempla una planta baja, en la que están recreadas la cocina-despensa, el comedor y el dormitorio, que gracias a las últimas tecnologías y a los numerosos utensilios encontrados por los arqueólogos, tanto ornamentales como utilitarios, dan una completa visión de cómo eran estas dependencias y su utilidad en la época romana.

El primer piso de la casa nos da cuenta de cómo transcurría la vida cotidiana en la ciudad de Julióbriga, a través de una secuencia de su historia, y de cómo se desarrollaban aspectos tan comunes como el comercio entre sus habitantes. En estas mismas instalaciones se muestran a los visitantes las últimas novedades arqueológicas halladas en sus excavaciones.

En la última planta se hace un recorrido global del Imperio Romano y de la importancia de romanización en España, en el momento de esplendor y auge de la ciudad de Julióbriga.

El asentamiento romano y la fundación de la ciudad de Julióbriga se produce como consecuencia de la finalización de las Guerras Cántabras (años 29 a.C.-19 a. C.), una vez pacificados los antiguos pobladores, para glorificar y prestigiar la figura del emperador Augusto. De esta forma, para servir de instrumento romanizador de toda la zona de Campoo y alrededores y para ayudar a la organización administrativa de Hispania, una vez concluidas las citadas guerras, se estableció de forma permanente una legión romana, la Legio IV, y se fundó el núcleo de Julióbriga, creando en la actual zona de Campoo una floreciente y próspera civilización, cuya importancia se recoge de los numerosos restos que se han hallado hasta el momento.

Según demuestran los estudios y las excavaciones realizadas se trataba de un asentamiento de carácter civil, no militar, con el que se irían mezclando dos o tres generaciones de cántabros que se adataron a la vida romana. Los siglos de mayor crecimiento fueron el I-II d. C., al integrarse la ciudad de Julióbriga en los circuitos comerciales de la Península Ibérica. Un siglo después la ciudad sufrió un grave incendio que acabó con la mayoría de sus instalaciones, lo que hizo que paulatinamente sus habitantes se fueran trasladando a otros lugares, desencadenando el abandono definitivo de la ciudad. 

Muy cerca de Julióbriga se halla el Poblado Cántabro de Argüeso, donde se reproduce el tipo de vida de los antiguos cántabros.

04/08/2015Sin categoría3 min

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