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Cantabria Modernista

Muchos son los recorridos que a lo largo de estos años hemos hecho por nuestra Cantabria Infinita. Sus paisajes, costumbres y sus gentes son los protagonistas de este blog. Hoy hablaremos de una corriente arquitectónica que tiene su cuna en Barcelona, pero que en Cantabria tiene algunas de sus representaciones más importantes. Hoy recorremos la huella del modernismo en nuestra región, con tres protagonistas principales, ComillasLaredo y Santander.

El modernismo es una corriente artística de  finales del siglo XIX y principios del XX, que tiene en la renovación creativa y en la importancia de la decoración y la estética, basadas en la naturaleza, su seña de identidad. Esta corriente, que se extiende rápidamente por toda Europa, llega a Cantabria de la mano del Marqués de Comillas, que una vez vuelve de hacer las Américas y se instala en Barcelona, trae arquitectos catalanes de la época a realizar algunas de las construcciones más emblemáticas de Comillas. Su huella es de una importancia tal, que existe incluso una ruta modernista por la villa.

Y es que Comillas es el máximo exponente de esta corriente en nuestra región, con once obras modernistas: el Capricho de Gaudí, el Palacio de Sobrellano, la Fuente Tres Caños, el cementerio con el ángel exterminador en lo alto, la puerta de los pajaritos o del Moro, la puerta de la Pontificia, el propio monumento de Antonio López, el marqués de Comillas, la Coteruca o el Hospital.

De todos ellos, algunos son muy conocidos. Muchos habréis visitado el Capricho de Gaudi, una residencia de verano encargada al arquitecto catalán por el concuñado del marqués de Comillas, o el Palacio de Sobrellano, ese imponente edificio junto al Capricho con su capilla panteón anexa, diseñada también por Gaudi. O en vuestro paseo por la villa habréis visitado la estatua del Marqués y su imponente vista de la costa, o pasado junto a La Fuente Tres Caños, o accedido por la puerta principal de la finca de la Universidad Pontificia y atravesado su puerta y observado la cerámica con reflejos metálicos y piedra labrada en el escudo, donde aparecen la tiara y las llaves pontificias junto al anagrama jesuítico; y ¿qué decir del cementerio de Comillas? Obra de Luis Doménech y Montaner que lo reformaron cementerio integrando las ruinas de la antigua ermita gótica en su estructura y proyectando una nueva cerca plagada de elementos pintorescos, que junto con la escultura del Ángel Guardián de Jose LLimona, lo convierten en uno de los cementerios más visitados de España.

Pero la verdad es que éstas, como ya os hemos dicho no son las únicas señas modernistas en Comillas. Hay tres en concreto que son algo menos conocidas pero se incluyen en esta ruta.

La primera es la conocida como puerta de Moro o de los pajaros. Esta puerta de acceso a una finca particular es un diseño de Gaudí que dibujó en una playa de Barcelona, mientras paseaba con el dueño de la finca, que aunque de raíces cántabras, vivía en Cataluña. La puerta se conoce como Puerta de Moro por el apellido de la familia que actualmente posee la finca, aunque su verdadero nombre es la puerta de los pájaros, ya que además de una puerta para coches y para peatones tiene en la parte superior derecha un agujero en el muro, para el paso de los pájaros.

La segunda es La Coteruca. Esta casa / castillo, ubicada en lo alto de Comillas con unas vistas inmejorables de todo el pueblo y la costa, era una residencia de verano que la guerra civil solo perdono sus torres cuadradas y los muros limítrofes, destruyendo todo lo demás. En 1990 el edificio fue rehabilitado en apartamentos y así continúa en la actualidad.

La tercera parada que nos queda es el hospital, hoy en día residencia de mayores, que a pesar de las múltiples modificaciones aún conserva ese estilo inicial con el que se construyó en 1885. Ubicado en la parte alta del pueblo, justo detrás de la plaza del Corro de Comillas, merece una visita, al menos a su exterior.

Pero, Comillas no es el único lugar de Cantabria con edificios modernistas de Cantabria. Es el que más tiene, pero no el único. Santander tiene en dos de sus edificios más conocidos la clara huella de esta corriente artística: el Mercado de la Esperanza y el Gran Casino del Sardinero.

El Mercado de la Esperanza, declarado monumento histórico artístico, es una de las grandes y escasas muestras de arquitectura en hierro decimonónica conservadas en España. Ubicado en el centro de la ciudad, junto al Ayuntamiento, esta construcción tiene muchas trazas modernistas y es actualmente el mercado alimentario principal de la capital cántabra. Pero no el único modernista, ya que Laredo tiene, en su Mercado de Abastos, la huella de esta corriente artística. 

El último edificio modernista que visitaremos en Santander, es el Gran Casino del Sardinero. Situado en la playa del Sardinero, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad por la historia que encierran sus paredes y por su belleza arquitectónica singular. El edificio proyectado en 1913 fue el gran casino de una boyante ciudad de veraneo a principios del siglo XX.

Terminamos este post con nuestro último edificio modernista, el Mercado de Abastos de Laredo. Popularmente conocido como “plaza del pescado” fue construido en los primeros años del siglo XX y tiene un claro carácter ecléctico destacando su ornamentación con cerámica esmaltada, que oculta su estructura metálica. Los motivos que se dibujan en la cerámica, dejan clara la función del edificio: cabezas de animales, peces, frutas o verduras son los protagonistas. Actualmente, el tipo de productos que se vende son pescados, carne, fruta y verdura.

Como ves el modernismo ha dejado una importante huella en nuestra región ¿te animas a recorrerla? Si es así, comparte tu experiencia con nosotros en nuestras redes sociales en FacebookTwitter e Instagram con el #ComparteCantabria

Ven a disfrutar en Cantabria, sin ir más lejos

 

 

 

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