San Vicente de la Barquera, Villa Marinera
Villa marinera por excelencia enclavada entre las rías de Rubín y Pombo en pleno corazón del Parque Natural de Oyambre. Como telón de fondo de este fantástico espectáculo, los Picos de Europa, hacia cuyo corazón nos dirigimos con motivo del Año Jubilar 2017: Santo Toribio de Liébana.
Los orígenes de San Vicente de la Barquera se remontan a la antigua Verasueca, pequeño puerto fundado por la tribu cántabra de los orgenomescos durante la ocupación romana.
Del esplendor marítimo pasado aún perdura la pesca de bajura y la industria conservera que, junto a su tradición gastronómica y cultural la han convertido en un destino turístico de primer nivel donde los atractivos naturales tampoco pasan desapercibidos. No en vano el 80% del municipio pertenece al Parque Natural de Oyambre, de extraordinario valor paisajístico y ecológico.
Dejando atrás la maravillosa Ría de la Rabia, entramos en la villa de San Vicente de la Barquera a través del magnífico Puente de la Maza, importante obra de ingeniería medieval que comenzó a construirse en piedra en el siglo XV sobre otro anterior de madera. En su época, en la que llegó a contar con 32 arcos, fue considerado como uno de los puentes más grandes del reino. El nuevo data de la época de Carlos III y tiene 28 arcos.
La Puebla Vieja es un increíble conjunto medieval rodeado de una muralla almenada con varias puertas situado en lo alto de un peñón calizo dominando las marismas. Aquí encontramos gran parte de los monumentos más interesantes de la villa.
Subiendo por la calle empedrada cruzamos el arco de piedra de la Puerta de la Barrera y, adosada a la muralla, la Torre del Preboste, robusto torreón que flanquea y defiende una de las puertas que daba acceso a la villa.
Enfrente, el Palacio del Corro, actualmente sede del Ayuntamiento. Siguiendo por la izquierda, llegamos a las ruinas del Hospital de la Concepción, refugio y asistencia a los caminantes que recorrían ya hace siglos este mismo Camino del Norte hacia Santiago.
Más adelante, se ubica la Iglesia de Santa María de los Ángeles donde se encuentra la fantástica escultura funeraria del inquisidor Corro. Justo al lado, el Albergue de Peregrinos El Galeón.
Justo detrás está la Muralla Medieval; una vez cruzada, llegamos a un mirador desde donde disfrutar de unas bonitas vistas de la Marisma de Pombo. Bajando por la misma calle encontramos el Castillo del Rey, en lo alto de una peña a nuestra izquierda.
Dejamos la puebla vieja y cruzamos el Puente de la Barquera hacia el puerto.
Tomamos el primer cruce a la derecha, continuamos en línea recta hasta llegar al Santuario de la Barquera, situada junto a la entrada del puerto, lugar que, según la tradición, se apareció la Virgen de la Barquera, patrona del municipio, la cual hizo, durante siglos, el milagro de señalar la dirección del viento futuro a los marinos. En recuerdo de estos sucesos se celebra la popular fiesta de La Folia.
Tenemos que dejar, con mucha pena, San Vicente de la Barquera. Ya continuando nuestro Camino del Norte, nada más salir del pueblo al final del puente de La Maza a 200 m a la izquierda, pasamos por el antiguo Convento de San Luis, monasterio de finales s XV-principios XVI regido por frailes franciscanos. Actualmente en ruinas, conserva parte de la iglesia y del claustro con su refectorio, además de una capilla próxima, rodeados de una espléndida vegetación que le dan un particular encanto. Como dato histórico de interés, es de reseñar la estancia en el convento del rey Carlos I y su séquito a su llegada a España en el año 1517 para ser coronado rey.
Después de visitar esta localidad, proseguimos nuestro camino hasta La Acebosa, al otro lado de la A-8 y cruzando las vías del tren, rodeados de praderas y montañas, paisaje típico montañés. Un tramo en ascenso con vistas espectaculares nos lleva a El Hortigal, a orillas del río Gandarilla y, más adelante, a Estrada, ya en el municipio de Val de San Vicente, nuestro próximo destino.
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