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El culmen de la peregrinación

Tras intensas jornadas de peregrinaje y la llegada a Potes, el 23 de abril desemboca en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Camaleño) acompañado de un clima excepcional y un sol radiante que ayuda a los allí presentes a esperar con más ánimo, aún si cabe, el ansiado momento de la apertura de la Puerta del Perdón.  

A las 11:45 horas las campanas del monasterio han repicado al unísono acompañadas de los nervios de todos los peregrinos y creyentes que se han acercado hasta este lugar santo para grabar en sus retinas, tras once años de espera, su paso por la Puerta del Perdón, después, claro está, de haber rezado, haber confesado los posibles pecados y haber asistido a la misa, que en esta ocasión ha oficiado el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, tras dar los tres golpes de rigor a la entrada del monasterio. 

 

La salida del Lignum Crucis, trozo más grande de la cruz de Cristo que aún perdura en la Iglesia Católica, da paso a la misa en honor a Santo Toribio de Liébana, en la que el Coro Filarmónico Vaticano, dirigido por el entusiasta monseñor Pablo Colino, toma un papel fundamental con una actuación más que sublime que deleita a todos los congregados en esta cita religiosa. 

 

Tras la celebración del acto, con la adoración de la Santa Cruz, el Grupo de Gaitas de Cantabria y el Grupo de Danzas Virgen de las Nieves actuan en el exterior de templo, lo que motivó cientos de aplausos y entusiasmo a raudales mostrado por todos aquellos que durante la mañana de este domingo tan especial han esperado la apertura de la Puerta del Perdón.  Tras  estas intensas horas de espera y disfrute un buen “menú peregrino”, compuesto de un “hermoso” cocido lebaniego y un chupito del tan típico y conocido orujo de Potes, ha cerrado la mañana para los peregrinos.

 

No ha dado tiempo a caer rendido aún: Potes se llena de color y actuaciones para todos los públicos: pasacalles, modernas coreografías, actuaciones teatrales, malabares, acrobacias y mucha música alimentan el espíritu de celebración y regocijo tan arraigado en este valle lebaniego, valle de todos y de cada uno de nosotros de, vecinos y visitantes, de turistas amigos que a partir de este día esperan encontrar en esta villa el culmen de su peregrinación.

 

Aquí comienza este intenso Año Jubilar Lebaniego, ¡estamos todos invitados!